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Mejores lugares históricos en Bruselas

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La icónica Grand Place de Bélgica es un testimonio del glorioso legado cultural y económico de la ciudad. Reconocida como una de las plazas más espléndidas de Europa, está completamente rodeada de edificios altos de estilo renacentista flamenco, de ornamentación minuciosa y esculturas talladas. Entre ellos, los más notables y fotografiados son el Ayuntamiento, con su torre de estilo gótico brabantino, y el Museo de la Ciudad de Bruselas, de estilo neogótico. Si bien de día la plaza tiene una belleza increíble, de noche es casi mágica gracias al resplandor dorado de las lámparas de calle. En las noches de primavera y verano se organizan shows de luces que dan vida al patrimonio cultural y musical de la ciudad.

El edificio del Ayuntamiento de Bruselas, fácilmente uno de los más icónicos e imponentes de la ciudad, es una maravilla gótica de diseño complejo y detallado que conforma el punto focal de la famosa Grand Place. Cada ala del ayuntamiento fue diseñada por un arquitecto distinto: el ala este data de 1402 y es obra de Jacques van Thienen y el ala oeste fue construida entre 1445 y 1450 bajo la dirección de Jean van Ruysbroeck. La parte trasera fue añadida mucho más tarde, en 1712, pero su diseño respeta el estilo arquitectónico original. La fachada el edificio exhibe numerosas estatuas de santos, nobles y otras figuras, todas ellas representaciones vívidas de sus modelos. El elemento que une todos estos esfuerzos es la imponente torre gótica, ubicada en el centro de la construcción, y que sostiene en su parte más alta una estatua de San Miguel, el santo patrón de la ciudad. En el interior, las habitaciones están decoradas con elegantes tapices y pinturas de los siglos XVI a XVIII. El Ayuntamiento de Bruselas es la postal perfecta de la ciudad, especialmente de noche cuando se encienden las luces que lo iluminan.

La catedral de San Miguel y Santa Gúdula es donde se celebran las bodas y los funerales reales de Bélgica. La construcción comenzó en el siglo XIII y finalizó dos siglos más tarde. Durante los siglos XVI y XVII se le añadieron varias capillas. Una representación perfecta de la precisión y la simetría, la catedral es un ejemplo monumental del estilo gótico brabantino. En el exterior, las dos torres enormes captan toda la atención pero también cuesta trabajo sacar la vista de los intrincados vitrales. Los restos de la iglesia románica del siglo X, sobre los que se erigió la catedral actual, merecen un capítulo aparte. Con frecuencia se organizan conciertos de música clásica y religiosa.

La Iglesia de Nuestra Señora de Sablon (Nôtre-Dame au Sablon) es una iglesia católica ubicada en el corazón de Bruselas y es, además, uno de los testamentos imponentes de la arquitectura gótica de la ciudad. Con sus vitrales coloridos y de diseño meticuloso, y su fachada de mármol blanco, la iglesia nunca deja de sosprender a sus concurrentes. Además de servicios religiosos, Nôtre-Dame au Sablon también organiza conciertos.

El antiguo Mont des Arts (o "monte de las artes" en español) era una serie de escalinatas bordeadas por estatuas y árboles que conectaba la parte alta de la ciudad (la Place Royale) con la parte baja (la Grand Place). En 1958 fue reformado y con las obras llegaron dos nuevos edificios: el Palacio de Congresos (actualmente hogar del Centro de Convenciones de Bruselas) y la Real Biblioteca de Bélgica, más conocida como Albertina, con sus casi 4 millones de libros. El Estado belga también ha asignado instituciones de valor científico, económico y cultural a la zona con el Rijksarchief (el Archivo Nacional) y los Museos Reales de Bellas Artes. Desde el jardín aterrazado de estilo francés podrán disfrutar de una vista preciosa del centro de la ciudad. Bajo la arcada encontrarán un reloj enorme con estatuillas que se mueven. Según la tradición belga, el reloj toca primero una canción belga y luego una francesa.

El rey Leopoldo II fue un hombre ambicioso. Fue fenomenalmente rico y quiso hacer de su capital la más imponente del mundo. Con ese fin, le pidió a uno de sus arquitectos favoritos, Joseph Poelaert (1811-1879) que construyera el Palacio de la Justicia en Galgenveld (donde antes se colgaba a los criminales). Construido entre 1866 y 1883, durante mucho tiempo fue el edificio más grande de todo el mundo. Poelaert perdió la cordura y murió antes de que su enorme obra neogótica fuese concluída.

Con una fachada majestuosa, salas opulentas y jardines formales exuberantes, el Palacio Real es un espacio de trabajo digno del rey y la reina de Bélgica. Los salones están decorados con lujosas arañas de cristal, detalles en oro, mobiliario antiguo, obras de arte exquisitas y tallados perfectos. Algo absolutamente imperdible es la maravilla que adorna el techo del Salón de los Espejos: más de un millón de caparazones de escarabajo incrustados que forman un motivo de ensueño. Cada verano, el palacio abre sus puertas al público, una tradición antigua que permite el acceso a uno de los símbolos más representativos de la monarquía belga.

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