El Museo Británico es una las principales atracciones turísticas de Londres así como un importante recurso académico. La colección fue legada a la nación en 1753 pero el distintivo edificio de estilo neogriego fue construido durante el siglo XIX. Durante el apogeo del Imperio Británico la colección creció enormemente, razón por la cual el museo tiene fama de haber adquirido piezas de todos los rincones del mundo y en la actualidad cuenta con una colección de más de 8 millones de objetos. Las exposiciones abarcan una superficie de unas 5,5 hectáreas (al rededor de 14 acres), por lo que es imposible ver todo en una sola visita. La famosa piedra de Rosetta, los relieves asirios, los mármoles del Partenón y la inmensa colección egipcia son solo algunas de las exposiciones más reconocidas del Museo Británico.
El majestuoso y señorial Palacio de Buckingham ha sido la residencia oficial del monarca británico desde 1837. Si bien sus orígenes se remontan al siglo XVIII cuando el Duque de Buckingham decidió mandar a construir allí una mansión, el palacio tal y como se lo conoce en la actualidad es la obra de los arquitectos John Nash y Edward Blore. El palacio cuenta con 775 habitaciones fastuosamente decoradas con porcelana de Sevres y obras de artistas como Rembrandt, Vermeer y Van Dyck. Desde la paleta crema y dorado del estilo Belle Epoque hasta los detalles minuciosos e intrincados del Regencia chino, la decoración de cada habitación es simplemente impecable. La Gran Escalera, iluminada por una cúpula de cristal tallado y el punto focal del palacio, exhibe la que posiblemente sea una de las balaustradas en bronce más bellas de todo el mundo, y el patio delantero es el escenario de uno de los eventos turísticos más populares de Londres: el cambio de guardia. Las Caballerizas Reales y la Galería de la Reina son otros puntos de interés abiertos al público en esta residencia de la Corona. Toda esta majestuosidad está rodeada de campos impecablemente cuidados y jardines floridos de belleza exuberante que parecen cobrar vida en el verano y dan una imagen de grandeza digna de la familia real británica.
Erguida bajo el resplandor del cielo parisino, la Torre Eiffel simboliza el espíritu efervescente de la capital francesa. Una magnífica torre entramada de hierro forjado construida originalmente como entrada a la Feria Mundial de 1889, la torre fue diseñada por Gustave Eiffel, quien se inspiró en la forma piramidal de las famosas construcciones egipcias. Fueron muchos los franceses de renombre que expresaron su desagrado con la comparación y la estructura en sí pero con el paso del tiempo, la torre llegó a convertirse en un ícono reconocido en el mundo entero. Con una altura impresionante de 324 metros, la Torre Eiffel domina la silueta de la ciudad, siendo la estructura más alta de París y la segunda más alta de Francia. En su estructura notarán tres tonos: la torre es más oscura en la base y se va aclarando hacia arriba, un mecanismo ilusorio que busca adaptar la construcción al medio que la rodea. La Torre Eiffel es uno de los puntos más visitados en toda Francia e incluso a más de un siglo de su construcción, seguimos hablando de la belleza de este símbolo arquitectónico.
Sin ninguna duda uno de los edificios más opulentos del mundo, el Palacio de Versalles es el paradigma de la realeza de Francia. A pedido de Luis XIV, los arquitectos Louis Le Vau y Jules Hardouin comenzaron la construcción del Palacio de Versalles en el sitio en el que hasta ese momento se hallaba una pequeña cabaña de caza del antiguo rey. Versalles se convirtió en uno de los palacios más grandes de toda Europa y llegó a albergar a unos 20.000 miembros de la corte al mismo tiempo. El interior del palacio es deslumbrante y algunas de sus salas más famosas son los Apartamentos Reales y la Galería de los Espejos. En los jardines del palacio también encontrarán el Gran Trianon (1687) y el Pequeño Trianon (1762). En el año 1919 la Galería de los Espejos se ubicó en el eje de la política mundial a ser el sitio de la firma del Tratado de Versalles. Un ejemplo maravilloso de la arquitectura barroca francesa, este Patrimonio de la Humanidad designado por la UNESCO enamora con su grandeza y sus leyendas a todo aquel que lo visita.
Un símbolo universal de la libertad, la Dama Libertad se alza reinante sobre la homónima Isla Libertad en Nueva York, y su inmensa estructura de hierro forjado encaja a la perfección con la vista del puerto de la ciudad. El activista francés Édouard René de Laboulaye en representación de toda Francia expresó su solidaridad con los Estados Unidos prometiendo su ayuda si y cuando los Estados Unidos decidieran construir un monumento representativo de su independencia. Fue así que la Estatua de la Libertad, creada por los escultores franceses Frédéric Auguste Bartholdi y Gustave Eiffel, se convirtió en un regalo de la nación francesa a los Estados Unidos. Diseñada en representación de la diosa romana Libertas, la Dama Libertad mira orgullosa hacia la distancia, su brazo derecho alzado al cielo y sosteniendo una antorcha, mientras que en su mano izquierda sostiene una placa que tiene tallada la fecha de la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos. Desde sus inicios, la estatua no solo es símbolo del orgullo nacional sino que también representa la promesa de una vida mejor para los cientos de miles de inmigrantes que cruzaron el océano en busca de un nuevo comienzo.
Cualquier visitante de la Gran Manzana debe pasar al menos un par de horas en este gran museo. Fue diseñado por Richard Morris Hunt, y cuenta con más de 139355 metros cuadrados de espacio para exposiciones. Algunas pinturas europeas en exhibición incluyen obras de Monet, Degas, Van Gogh, Cézanne, Tiziano y Vermeer. La galería egipcia es incomparable, mientras que las galerías de arte asiático, escultura, armería, y fotografía también son excelentes. Cuando hace buen tiempo, el jardín de la azotea al aire libre muestra esculturas contemporáneas. Aparte de ser un tesoro para los amantes del arte, este museo ofrece una experiencia divertida y educativa para todas las edades.
El segundo presidente de los Estados Unidos, John Adams, fue el primero en vivir en la Casa Blanca, en 1801. Originalmente llamada la "Mansión Ejecutiva", el edificio obtuvo el apodo de "Casa Blanca" después de que el exterior de mármol fuese pintado de blanco para cubrir las quemaduras que dejó la Guerra de 1812. Si se organizan con la debida anticipación, se ofrecen recorridos guiados para estudiantes y veteranos de guerra. En ocasiones, la Casa Blanca cierra sus puertas sin previo aviso para la realización de eventos oficiales.
Los esqueletos de dinosaurios en el sótano del Museo Nacional de Historia Natural seguro les encantarán a los niños. Pero aquí hay algo para todos. Aquí se encuentra el diamante Hope, así como un arrecife de coral vivo, una mina y un zoológico de insectos con miles de especímenes. La sala Discovery alienta a que los niños toquen, huelan y degusten lo exhibido. Quienes necesiten descansar, pueden sentarse y disfrutar de una película en el IMAX dentro del museo.
Las dimensiones imponentes del Coliseo siempre nos han asombrado. Si bien su concepción data del año 70, se estima que las obras finalizaron en el año 80. Se cree que en esos días este inmenso anfiteatro tenía capacidad para unos 50.000 espectadores. El Coliseo está presente en la versión italiana de la moneda de 5 centavos de euro. Considerado una de las Siete Maravillas del Mundo, el Coliseo fue creado para la celebración de carreras de caballo y luchas de animales y gladiadores, pero en sus primeros años también se lo utilizó con fines religiosos. La estructura es una maravilla de la simetría emplazada en el corazón histórico de Roma. Esta ruina inmensa fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es considerada uno de los principales íconos de Italia.
En 1810, las minas de Montrouge se convirtieron en catacumbas. Debido a la falta de espacio para la construcción de cementerios en París, es aquí, a unos 20 metros bajo tierra, que descansan y son exhibidos los restos de seis millones de parisinos. Estos osarios, decorados con distintos textos, crean un ambiente escalofriante y describen algunos de los eventos históricos de París al mismo tiempo que dan qué pensar a los turistas. Durante la Segunda Guerra Mundial, esta red de galerías fue utilizada como escondite para el movimiento de la Résistance; su enormidad y la discreción de las entradas fueron grandes ventajas. En la actualidad, los pasajes subterráneos le permiten a los turistas explorar la verdadera París subterránea. ¡No se lo pierdan!
Este es uno de los acuarios con mejor diseño. Una característica única que destaca este acuario es su tanque de agua de dos pisos, hogar de un bosque de algas donde nadan peces luna, tiburones y algún que otro buzo encargado de limpiar las algas que se pegan al cristal. Los famosos peces llamados "san dabs" se encuentran en dstintas peceras especiales, y los cardúmenes de sardinas nadan en un círculo eterno en su tanque cilíndrico. Si tienen ganas de ponerse en contacto con estos habitantes marinos, no pierdan la oportunidad de acariciar manta rayas (que, sorprendentemente, son aterciopeladas al tacto). En la exhibición de aguas marinas verán que estos seres son como de otro mundo.
Es claro que este establecimiento de fama mundial no es un zoológico como cualquier otro. Recorra este parque enorme ya a pie o en un bus de dos pisos y observen las más de 4.000 especies exóticas de animales en sus bellos hábitats. El Zoológico de San Diego también es un gran centro de investigación que suma su trabajo a los esfuerzos para la conservación de especies en peligro. Sin embargo, este zoológico está muy bien disfrazado como parque, con una gran variedad de actividades y exhibiciones inspiradoras, como la 'Polar Bear Plunge' o 'Hippo Beach'.