Welcome to the land of gender illusionists. It is essential to start off your experience at Asia SF with one of their signature alcoholic drinks named after the ladies of Asia SF. And while the food here is not initially the main attraction, the menu offers great dishes that surprise with their creativity and balance. Start with an Asia-dilla—jack cheese, smoked duck and sun dried cherries in a grilled tortilla. Then for an impressive main course dish, try the Miso Glazed King Salmon on a bed of black rice and a tomato-edamame salad; this dish is delectable and surprisingly cohesive. And during it all, you'll be treated to great bar-top performances by the ladies of AsiaSF. After you eat, continue your night in the club, where DJs spin R&B/funk, house, as well as salsa.
Ubicado dentro del histórico Fairmont Hotel en San Francisco, Tonga Room & Hurricane Bar es un lounge de bamboo pintoresco pensado para todo aquel que alguna vez soñó con visitar la "Isla de la Fantasía". Vengan durante el happy hour y disfruten de los sabrosos y frutados cócteles con sombrillitas, las tormentas tropicales simuladas (sí, llueve de verdad) y la banda de la casas que toca rock suave a propósito para relajarlos y embarcarlos en ese crucero al paraíso que jamás tomaron. Los bocadillos y los platos son bastante costosos, pero la comida no es el principal atractivo del lugar. El cerdo Kalua es uno de los platillos más recomendados del menú, pero lo mejor es pedir una ronda de Mai-Tais; se dice que son los mejores de la ciudad.
Right by the gates of Chinatown you'll find this Gallic cafe that's a dead ringer for the kind that populate those quaint little side streets just off the Rue Rivoli. It is chic in a determined, downscale way with half of the already cramped floor space given over to French newspapers and periodicals. The centrally located counter jockeys for position with the closely packed tables and chairs. Huge windows alleviate the claustrophobia and the wait staff, conducting serious conversations in rapid-fire French, take you to a different hemisphere. The food can, too. It is upscale cafe fare, heavy on sandwiches, soups (gratinee, but of course) and salads. The desserts change daily and are never less than scrumptious. The crowd is mostly young, sometimes European, and always the height of hip.
No encontrarán nada más auténtico que esta fuente de sodas cuya historia se extiende hasta 1918. El salón fue remodelado con pisos de linóleo y unos reservados muy cómodos después de la Segunda Guerra Mundial, y la familia Christakes, los dueños desde la inauguración original, no vio la necesidad de cambiar nada más desde entonces. Este es un espacio en el que las quinceañeras se babeaban por Frank Sinatra mientras bebías las mismas sodas de fresa que se pueden saborear en la actualidad. Virtualmente todo en el menú se prepara de cero en la cocina, hasta la mayonesa que se pone en los sándwiches de ensalada de huevo, el helado y los jarabes de los sundaes. Las sopas caseras son toda una institución local, y los comensales incluyen desde estudiantes hasta clientes de toda la vida que vienen a comer desde que el sitio era (relativamente) nuevo.
En este híbrido encantador encontrarán delicias, objetos coleccionables y juguetes de la cultura pop. Nada supera la experiencia de saborear buena porción de cheesecake de calabaza mientras contemplan un Godzilla a cuerda que escupe fuego o un set completo de los personajes de South Park. Los juguetes casi cubren las paredes, los estantes y las ventanas de este edificio victoriano de color celeste, mientras que los mostradores y las heladeras están repletas de maravillas para esos adultos que nunca abandonaron al niño que llevan dentro. El salón tiene capacidad para unas 20 personas, y para sentarse encontrarán mesas regulares y reservados. Se sirve chocolate caliente y té para beber, y para comer helado Double Rainbow y delicias horneadas Just Desserts.