Escondida entre las casas de la Calle Seward hay una serie de toboganes de concreto. Los toboganes fueron construidos por Kim Clark, quien tenía solamente 14 años. Lo que antes era un predio vacío en la actualidad es un mini parque que vuelve locos a grandes y chicos por igual. En el centro del parque encontrarán un par de toboganes de concreto empinados que resultan ideales para divertirse en familia. Ríanse hasta que les duela el cuerpo y sientan la adrenalina que genera deslizarse por los toboganes de la Calle Seward. El parque abre todos los días desde que sale el sol hasta que se pone, y todos los adultos deben estar acompañados por un niño. Siempre encontrarán alguna que otra caja de cartón para deslizarse por los toboganes, pero es una buena idea traer una propia.
Los leones marinos salvajes visitan en cantidades Pier 39 desde el terremoto de 1989, y desde entonces la población creció bastante. Cada invierno hay alrededor de 900 animales más, y todo gracias al espacio y la comida disponibles. Si bien algunos de los leones marinos elijen migrar con el cambio de las temporadas, algunos suelen quedarse en Pier 39, que ya se convirtió en su hogar. Vengan con sus hijos y participen de las charlas educativas gratuitas ofrecidas por el Centro de Mamíferos Marinos todos los fines de semana del año, siempre que el clima lo permita. Vean de cerca estas adorables criaturas en este espacio ideal para visitas en familia.
A finales de la primera década del siglo XIX, el primer ingeniero del estado de California William Hammond Hall y su asistente, un escocés llamado John McLaren, transformaron más de 400 hectáreas de dunas de arena en un maravilloso refugio en medio de la ciudad y lo llamaron Parque Golden Gate en honor al estrecho. Este exuberante paisaje se extiende por 50 cuadras desde la calle Stanyan hasta el Océano Pacífico y está repleto de senderos para caminar, trotar, andar en bicicleta y montar a caballo, así como también un campo de golf, pistas de bolos sobre césped, un lago con botes a pedal, campos de fútbol y un diamante de béisbol. Desde el jardín de té japonés y el Conservatorio de Flores hasta la Academia de las Ciencias de California y el Museo de Young, el Parque Golden Gate en San Francisco reúne belleza natural y espacios culturales en un espacio inmenso. También encontrarán parques infantiles, un carrusel encantador, un acuario, una reserva de búfalos y una concha acústica donde se celebran conciertos a cielo abierto todos los veranos.
Esta playa de media milla de largo, que comienza al sur de Golden Gate Point, era parte de Presidio, la base militar de los españoles entre 1776 y 1997. Desde el desmantelamiento de la base, la playa pasó a estar bajo la administración del Servicio de Parques Nacionales. Esta playa pintoresca ofrece una vista panorámica del Puente Golden Gate y cuenta con un sector nudista ubicado en el extremo norte.
Located at the western end of Golden Gate Park is San Francisco's biggest beach. It extends from Fort Funston in the south, to the Cliff House in the north. Typically, the cold winds, fog and low San Francisco temperatures deter any regular beach activities (unless you're lucky enough to be there on a hot day) but visitors fly kites or just walk along and admire the views of Seal Rocks and Point Lobos. Adventure seekers love surfing here. There are also bonfire pits provided on the beach for the general public; to claim one, go early in the evening.
Just north of the Golden Gate Bridge is Mount Tamalpais State Park, a popular hiking area and home of some of the best views of the Bay Area. There are many hikes over varied terrain, including oak and Douglas fir forest, vast grasslands and the distinctive redwood trees. The views of the Pacific are jaw-dropping - once the fog has cleared, that is. Visitors can drive into the park and enjoy the sights, including the Mt. Tamalpais Watershed, the Mountain Theater (a stone amphitheater which can accommodate over 3000 people) or they can park in the many parking lots throughout the park and hike down to Stinson Beach. For a less strenuous hike, venture a little down a winding trail high above the ocean, with incredible views of San Francisco. While entry to the park is free, certain areas charge a nominal parking fee.