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Mejores monumentos en París

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El Arc de Triomphe du Carrousel marca el paisaje espléndido de una de las plazas más icónicas de París. A poca distancia del Musée du Louvre y de los ornamentados jardines de la Place du Carrousel, este arco triunfal es simplemente imperdible. Construido en 1806, es una oda a las glorias del ejército de Napoleón I y su diseño se basó en el Arco de Constantino en Roma. Dos arcos acompañan a un arco central más grande y el perímetro de 19 metros de este monumento está bordeado por ocho columnas corintias. Sobre las columnas verán estatuas de soldados, y en los frontones podrán apreciar bajorrelieves que muestran las distintas batallas. La cuadriga ubicada en la parte superior del monumento se asemeja a los Caballos de San Marcos de la Basílica de San Marcos.

Famoso por albergar la Tumba del Soldado Desconocido, el Arco del Triunfo es un espacio para la memoria, los eventos actuales y las celebraciones. La construcción del Arco del Triunfo comenzó en 1806 pero fueron necesarios 30 años para completarla. Situado en una línea perfecta entre el Louvre y el Gran Arco de la Defensa, este monumento es un punto de conexión entre el pasado y el presente, y ofrece una vista increíble de la ciudad desde el observatorio en su parte más alta. Muchas personalidades célebres francesas, líderes, dictadores, escritores y artistas como Napoleón y Víctor Hugo atravesaron el Arco camino a su descanso eterno. Si observan la fachada de cerca, notarán la presencia de seis relieves tallados que representan eventos importantes de la Revolución Francesa y el reinado de Napoleón.

Incluso para la gente de la zona, la torre de Montparnasse ofrece una vista imperdible de la ciudad. Se puede llegar a la cima gracias al elevador más rápido de toda Europa, que los subirá en tan solo 38 segundos. Desde allí arriba, a unos 209 metros de altura, o desde el bar/restaurante del piso 56, la vista se extiende varios kilómetros. Situada sobre la estación de trenes de Montparnasse, la torre es el hogar de muchas oficinas y empresas. Junto al restaurante encontrarán una exposición que narra la historia de París desde 1858.

Fundada en 1253 por Robert de Sorbon, capellán del rey San Luis, la Sorbona es famosa en el mundo entero. En sus principios, 16 estudiantes estudiaban teología en ella. Ahora, son miles los que completan sus conocimientos en todos los ámbitos del saber. La capilla es el único edificio que queda de los que encargó el cardenal Richelieu, decano de la universidad en 1626, que descansa en el coro de la capilla. Suprimida durante la Revolución Francesa, la Sorbona fue restablecida por Napoleón en 1806. Los otros edificios datan del siglo XIX.

Fiel a la moda del siglo XIX de los pasajes de París, los carniceros Véro y Dodat construyeron la arcada entre la Rue de Jean-Jaques Rousseau y la Rue de Croix-des-Petits-Champs en 1826. Uno de los primeros beneficiados por la introducción de las lámparas de gas y uno de los últimos pasajes sobrevivientes de la ciudad. la Galerie Véro-Dodat todavía mantiene gran parte del esplendor que lo caracterizó en su época. Las columnas de mármol, sus pisos a cuadros blancos y negros, los frescos y las pinturas del techo ilustran la arquitectura neoclásica. Frecuentado por la elite parisina, la galería está repleta de boutiques especializadas en la moda de diseño, las antigüedades pintorescas, los muebles, la decoración y el arte. Incluso si no tienen pensado comprar nada, vale la pena que recorran este emblema histórico solo por su belleza.

El Palais Royal tiene mucha historia; fue el palacio del cardenal de Richelieu, un espacio para el libertinaje bajo el liderazgo del hermano de Luis XIV y un centro para las nuevas ideas de los pensadores creativos durante el Iluminismo. La revolucionaria Camille Desmoulins solidificó el rol del Palais-Royale tras reunir una gran multitud y planificar una revolución bajo los arcos del Palais. En la actualidad, el palacio cuenta con un jardín muy apacible y es la sede del Ministerio de Arte y el Consejo de Estado.

El Château de Maisons-Laffitte es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura barroca francesa y, además, el edificio mejor preservado del famoso arquitecto del siglo XVII François Mansart. El interior refleja a simetría elegante tan popular en el 1600 y está decorado con obras de los artistas más famosos de la época. El castillo cuenta con un jardín encantador, y vale la pena dedicar unos momentos para recorrerlos. Como precursor arquitectónico de las maravillas de Versalles, el Château des Maisons-Laffitte promete un paseo fabuloso en París.

Pont Neuf es uno de los puentes más viejos que cruzan el Río Sena. Ironicamente, "Pont "Neuf" significa "puente nuevo". Emplazado en el lado oeste de la Île de la Cité, el puente Pont Neuf conecta las márgenes derecha e izquierda de la ciudad. El puente fue inaugurado oficialmente en 1607 por el rey Enrique IV. Lo que más destaca al Pont Neuf es que fue uno de los primeros en contar con veredas. A los parisinos les encanta pasar el tiempo en el puente y por eso no hay duda de que es uno de los espacios más visitados de la ciudad.

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