Debido a su arquitectura fascinante y su grandeza total, la Catedral de San Pedro y San Pablo es un sitio imperdible si visitan Filadelfia. Esta catedral preciosa es uno de los puntos de referencia de una de las poblaciones católicas más numerosas del país. Fue diseñada por el célebre arquitecto Napoleo LeBrun y construida entre 1846 y 1864 con una mezcla de influencias paladinas e italianas. El bellísimo baldaquino ubicado sobre el altar evidencia una fuerte influencia italiana, mientras que la fachada de la iglesia refleja el estilo paladino. De hecho, creerán que están en Europa dentro de esta catedral. Embárquense en un audio tour y aprendan más sobre las ocho capillas, el santuario de 2.000 asientos, el domo abovedado de cobre y el espectacular ábside con sus tallados en mármol rojo y sus vitrales. Durante el recorrido, se familiarizarán con la fascinante historia de la basílica. Al ser la iglesia católica más grande de Pensilvania, el monumento es parte del Registro Nacional de Sitios Históricos.
La penitenciaría fue un experimento social del siglo XIX que se basó en los principios cuáqueros. La regla principal era que los prisioneros se encontrarán absolutamente recluidos para que pudieran emplear su tiempo rezando, pensando y cumpliendo penitencia. De hecho, la soledad destruyó a muchos y finalmente la superpoblación impulsó una miseria que ya no buscaba ninguna clase de reforma. Finalmente, la prisión fue clausurada en la década de 1970. El grado de infamia que se vivió en la Penitenciaría Estatal Eastern hacía que Alcatraz fuera juego de niños. Algunos de los prisioneros que moraron entre estos muros fueron el criminal Al Capone y el ladrón de bancos Willie Horton. Aunque la prisión hoy está totalmente derruida, sentirán escalofríos cuando contemplen las celdas abovedadas y la rotonda central.
La Calle South de Filadelfia es el hogar de una de las mayores creaciones artísticas de la ciudad. Conocido como los Jardines Mágicos, esta obra del artista Isaiah Zagar cubre casi una cuadra entera y abarca todo lo que se ve, incluso los senderos y las paredes de los edificios. Esta obra en continuo crecimiento es una locura colorida que incorpora cerámicos, botellas, gomas y rayos de bicicleta, y todo lo que se les pueda ocurrir. Con semejante paisaje e instalación, el artista los llevará hasta su mundo y les permitirá echar un vistazo en su mente. No es algo para pasar por alto.
Union Transfer es una colaboración de Four Corners Management, R5 Productions y The Bowery Presents. Emplazado en una estructura histórica de ladrillo que data de 1889, la sala de conciertos abrió sus puertas en 2011 y se encuentra entre los mejores espacios de conciertos de la ciudad. Cuenta con tres bares totalmente equipados y algunos puestos de concesiones. La mayoría de los espectáculos son para todas las edades. En el pasado se presentaron bandas como Metermaids, Jello Biafra, The Antlers, Mischief Brew, Sage Francis y Guantanamo School of Medicine.
Siéntense en el terreno ondulado o en los palcos privados bajo la marquesina. Encontrarán de comer y beber en los puestos de la parte de atrás, que venden de todo, desde perros calientes hasta platillos de salmón servidos por camareros. Este teatro al aire libre es el hogar veraniego de la Orquesta de Filadelfia, pero también es donde se llevan a cabo muchos conciertos de jazz, rock, big band, los Philly Pops, además de espectáculos de ópera, teatro y baile. La acústica no es de lo mejor y el clima errático de Filadelfia puede ser un problema, pero pueden sentarse en el Parque Fairmount, disfrutar de un buen show y contemplar las suaves luces nocturnas de la silueta de la ciudad.
Con una superficie de más de 3.723 hectáreas y compuesto por un total de 63 parques, el Parque Fairmont es uno de los sistemas de parques de ciudad más grandes del país. El complejo ofrece senderos pintorescos, colinas ondulantes, arroyos, estructuras históricas, bosques, obras de arte públicas y mucho más. El Arboreto Centenario, el Centro de Horticultura, la Casa y el Jardín Japonés y el Museo de Arte de Filadelfia son solo algunas de las atracciones que encontrarán dentro del complejo. También verán algunos centros recreativos y campos de deporte.
Las influencias góticas y neoclásicas dominan la fachada del Ayuntamiento. La estatua de William Penn que reside sobre la torre del reloj del Ayuntamiento sigue siendo uno de los puntos más reconocibles de la silueta de Filadelfia; hasta la década de 1980 existía un "acuerdo de caballeros" que establecía que ningún edificio sería más alto que el borde del sombrero de Penn. El Ayuntamiento es un telón de fondo magnífico para el sinfín de empresarios y turistas que recorren la intersección de las dos arterias principales de la ciudad, las calles Broad y Market. El recorrido guiado por el Ayuntamiento dura entre hora y media y dos horas.
Originally a floating festival of new American musicals, the Prince a permanent home to new work. New pieces by Laurie Anderson and Philip Glass, cabaret by Patti Lupone, a repertory film series, and the occasional visiting dance company make this converted movie theater an easy place to find something to do. Named for Harold Prince, the legendary Broadway director and a frequent visitor to the stage.
Wanamaker, established in 1902, is amongst the pioneer departmental stores in the country. Understandably a part of the National Register for Historic Places, it still continues to be one of the most important landmarks in Philadelphia. Located in the busy neighborhood of Chinatown, the building features some of the most unique artworks which include the humongous bronze eagle by August Gaul and the Wanamaker Organ, the largest known Court Organ in the world.
As the largest fully-functioning pipe organ in the world, the Wanamaker Organ has serenaded visitors to the Wanamaker Building with special concerts since 1911. Although ownership of the building has since changed over to Macy's, the organ can still be viewed and heard in all its splendor. The Wanamaker Organ is played at least twice daily Monday through Saturday, so be sure to stop by and hear it in person.
Philadelphia's history is deeply entwined with America's revolutionary period, the home to luminary Benjamin Franklin and the site of significant civic development for the then-fledgeling nation. The land changed hands repeatedly, first inhabited by the Lenape tribe before being seized by Dutch, Swedish and Finnish settlers. After several periods of conflict between these north European states, the territory was conquered by England. Philadelphia was instrumental to the early days of America's independence, an epoch-making past manifested in historic landmarks like the Independence Hall, where the Declaration of Independence was signed. Notable resident Benjamin Franklin also made his mark on the civic landscape of America, founding the town's fire department and the colonies' first hospital. While Philadelphia's historic beginnings are undeniably significant, the city, which lies at the confluence of the Delaware and Schuylkill rivers, is also celebrated for its innate charm. One may find it in the urbane magic of Rittenhouse Square, in the gastronomical high that comes from biting into an authentic Philly Cheese Steak, or on the quiet cobbled streets of its leafy Old City. A historic city with a modern heart, Philadelphia is for those who want to connect with the landscape of America's revolution.
This 1976 Claes Oldenburg sculpture carries the same bit of quirk found in many of his other works about the city. If you take a stroll through Philadelphia, you'll find it is not that odd to find a 20-foot tall, red clothespin in the middle of high activity areas. The Clothespin also provided the background for a scene with Jamie Lee Curtis and Dan Ankroyd in the film "Trading Places." There are other Claes Oldenburg sculptures around town, including the giant broken button on the Penn campus at 36th and Locust Walk.