A finales de la primera década del siglo XIX, el primer ingeniero del estado de California William Hammond Hall y su asistente, un escocés llamado John McLaren, transformaron más de 400 hectáreas de dunas de arena en un maravilloso refugio en medio de la ciudad y lo llamaron Parque Golden Gate en honor al estrecho. Este exuberante paisaje se extiende por 50 cuadras desde la calle Stanyan hasta el Océano Pacífico y está repleto de senderos para caminar, trotar, andar en bicicleta y montar a caballo, así como también un campo de golf, pistas de bolos sobre césped, un lago con botes a pedal, campos de fútbol y un diamante de béisbol. Desde el jardín de té japonés y el Conservatorio de Flores hasta la Academia de las Ciencias de California y el Museo de Young, el Parque Golden Gate en San Francisco reúne belleza natural y espacios culturales en un espacio inmenso. También encontrarán parques infantiles, un carrusel encantador, un acuario, una reserva de búfalos y una concha acústica donde se celebran conciertos a cielo abierto todos los veranos.
A tan solo 2 kilómetros de la costa de San Francisco, la Isla Alcatraz es dueña de una historia fascinante que va mucho más allá de su período como penitenciaría federal entre los años 1934 y 1963. La isla alberga el faro más antiguo y aún en funcionamiento de la Costa Oeste, los restos de una histórica fortaleza militar y un santuario de aves. Si bien se la puede observar a simple vista desde la costa, Alcatraz está aislada del mundo exterior, y al estar rodeada por las heladas aguas de la bahía y corrientes peligrosas, escapar es casi imposible. Por estos motivos se la consideró el sitio perfecto para una cárcel en la que se recluiría a los criminales más peligrosos del país, entre los que se destacaron Al Capone, Robert Franklin Stroud y Alvin Karpis. El año 1969 marcó el comienzo de otro capítulo peculiar en la historia de Alcatraz, cuando un grupo de activistas nativos americanos ocuparon la isla durante 19 meses, dejando huellas que aún son visibles en la actualidad. En medio de esta narrativa turbulenta se despliegan una flora y fauna nativas increíbles, creando un mundo en miniatura de contrastes inverosímiles entre los restos inquietantes de la prisión y un paisaje bellísimo compuesto por piscinas de roca natural, la costa y diversas variedades de plantas. Hoy en día la isla es una atracción turística, una de las más populares de San Francisco, y ofrece recorridos guiados y autoguiados que se sumergen en el pasado de la isla en su totalidad y de la prisión en particular.
Este segmento pintoresco de la calle Lombard tiene ocho curvas cerradas en una sola cuadra. Las curvas presentan ángulos de giro bastante cerrados, por lo que el paseo en auto les llevará un buen rato. Sin embargo, fue por los autos que se diseñó la calle de forma tan peculiar en 1922. La idea era que el diseño permitiera que los autos transitaran esta pendiente de 27%. Los autos suelen viajar casi pegados y en verano es muy frecuente encontrar filas de autos esperando para bajar. Con eso en mente, recorrer este hito a pie es una gran alternativa, especialmente cuando las hortensias están florecidas.
Esta impresionante estructura de Nob Hill fue construida en el sitio de la mansión Crocker después del terremoto e incendio de 1906. Uno de los principales atractivos de la catedral son las ventanas, que muestran más de 1000 figuras, algunas de las cuales datan de la década de 1930. Los relieves dorados que adornan las puertas de la entrada principal están hechos en base a los moldes originales de la Puerta del Paraíso de Ghiberti, que adorna el Baptisterio de Florencia. La catedral también cuenta con dos laberintos. El exterior es de terrazo y el interior es de piedra caliza.
Sutro Baths fue construido en el siglo XIX. Era una gran piscina privada de Adolp Sutro, quien fue un ex alcalde de San Francisco. Tenía siete piscinas diferentes, una con agua dulce y las otras con agua salada, pero de diferentes temperaturas. Debajo de Cliff House, una pequeña ensenada de playa se llenó casi ocultando una gran estructura de hierro, vidrio y hormigón. El lugar tenía un alto costo de funcionamiento, por lo cual cerró un tiempo y un incendio en 1966 casi lo destruyó dejando solo las ruinas, que están abiertas a los visitantes que quieran echar un vistazo.
Considerado una de las Maravillas del Mundo Moderno por la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles, el Puente Golden Gate cruza el estrecho homónimo que conecta la Bahía de San Francisco con el Océano Pacífico. Diseñado por Joseph Strauss, Irving Morrow y Charles Ellis, el puente fue inaugurado en 1937 y considerado el puente colgante más largo del mundo, con una extensión de 1.280 metros en su tramo principal. El puente en sí no es color dorado, sino naranja intenso, y sus torres de estilo Art Deco se alzan sobre la niebla densa que con frecuencia cubre la bahía. Sin ninguna duda puede decirse que el puente se ha convertido en uno de los emblemas más reconocidos de la ciudad de San Francisco. El puente admite tránsito vehicular y peatonal entre San Francisco y Marin City, y promete una vista perfecta de la bahía, mientras que los puntos panorámicos ubicados en ambos extremos ofrecen una vista sinigual del Golden Gate.
El Ferry Building Marketplace es una parada obligada en todo itinerario de San Francisco. Este proyecto multimillonario propone un sinfín de actividades para toda la familia. El edificio maravilloso fue diseñado por el famoso arquitecto Arthur Page Brown, quien eligió un estilo Bellas Artes. Similar a la icónica Torre La Giralda en Sevilla, la torre del reloj de este edificio es un ícono famoso que se puede ver desde lejos. Recorran el histórico Ferry Building, visiten las tiendas de antigüedades, disfruten de la vista de la bahía y un tazón de sopa de mariscos en Ferry Plaza Seafood, o compren productos orgánicos en el mercado de productores locales. Disfruten de la vista y los sonidos que hacen que el Ferry Building sea uno de los destinos más populares de la Bahía en cuanto a entretenimiento, comida y diversión.
Ubicada en el Parque Golden Gate, la Academia de las Ciencias de California es uno de los edificios más verdes de la ciudad y cuenta con una certificación platino de Liderazgo en Energía y Diseño Medioambiental (LEED). En el museo se encuentra el renovado y ampliado Acuario Steinhart, donde podrán visitar una poza de marea interactiva y el famoso pantano de caimanes. Otras de las propuestas interesantes del museo son el Planetario Morrison, la cúpula de selva tropical de 4 pisos y el Recinto Africano Tusher. Además de estos tesoros educativos, el museo ofrece diversas exposiciones sobre la historia natural y el calentamiento global. En el Academy Café podrán saborear cocina internacional, mientras que el elegante restaurante Moss Room es la única opción gastronómica que mantiene sus puertas abiertas tras el cierre del museo.
Tal vez no tan famoso como el Puente Golden Gate que conecta la ciudad con Marin County al norte, el puente de dos pisos de San Francisco-Oakland Bay es una obra de ingeniería verdaderamente impresionante. También destaca por su belleza, ya que los cables se entrecruzan formando una telaraña en toda su extensión. El puente se torna especialmente bello de noche, cuando los kilómetros de luces destacan su silueta. Otro de los grandes logros relacionados con este puente fue su obra de restauración y reapertura a tan solo un mes del terremoto de Loma Prieta de 1989. Al puente se le hicieron renovaciones sísmicas en 2013, y ahora cuenta con un nuevo tramo de un único piso al este de la Isla Treasure.
Construido como una atracción temporal para la Exposición Universal de San Francisco de 1915, el Palacio de Bellas Artes todavía enamora a la ciudad que lo alberga. El revestimiento original, que constituía el exterior del monumento, ha sido sustituido gradualmente gracias a los fondos recaudados por los residentes de la Marina que no querían perder una parte tan importante de su paisaje. En el lago adyacente, los cisnes se deslizan entre las arcadas color ocre y la imponente cúpula con centauros y guerreros. Recorran el interior de la cúpula y sorpréndanse con la acústica asombrosa, y luego disfruten de un picnic al aire libre en uno de los bancos desde los que podrán disfrutar de una vista inigualable de este tesoro local.